EL BAILE DE LOS BICHOS
Después del baile...Reencuentro con A.I.L.B. en la noche mágica y Montevideana.
Proyecto premiado por Fondos Concursables para la Cultura
Mrio. de Educación y Cultura de la Rep. Oriental del Uruguay.
Un especial agradecimiento a Ana Inés Larre Borges por haberme elegido para ilustrar esta versión de Francisco Espínola, uno de los grandes íconos de la literatura uruguaya.
Ana, un placer trabajar con vos.
EL BAILE DE LOS BICHOS
de Francisco Espínola
Como en sus mejores cuentos, todo ocurre durante la noche. Bajo la blanca luna los animales se dirigen al rancho iluminado. El avestruz, el carpincho, el zorro, la yegua, el galgo y muchos más, van a vivir la aventura de la fiesta, el alboroto y el zafarrancho.
El baile de los bichos rescata una deliciosa historia del folclore rioplatense en la voz de un clásico. Francisco Espínola recrea la fábula criolla con espíritu libertario y un humor tierno. Las ilustraciones de Silvina Franzani descubren junto al autor, la magia alucinada del paisaje uruguayo y la fisonomía, diversa y a veces olvidada, de nuestra fauna. “Aquí hay fiesta para rato”, como dijo el pato.
Algunos bichitos del glosario:
Gallareta
Puma
Cascabel
Benteveo
Coatí
FIN
El baile de los bichos es un relato casi olvidado del folclore americano que este libro recupera en la voz de un clásico. Francisco Espínola, como hizo con el Don Juan, se apropia una vez más de la tradición oral rioplatense y recrea a su modo esta fábula criolla que va contando su historia a través de divertidas rimas. En su versión hay lugar para la pelea y el humor se desacata.
Espínola escribió este relato en 1935 como parte de una serie que publicó en el diario Crítica de Buenos Aires, pero por alguna razón quedó inédito. En 1985 exhumamos póstumamente aquellas colaboraciones del Suplemento Multicolor de los Sábados de Crítica y la publicamos bajo el título de Las veladas del fogón. A partir de borradores encontrados en su archivo, reconstruimos El baile de los bichos que pasó a ser la velada No. 22. Hoy volvemos sobre este cuento, para adaptarlo a un relato gráfico para niños.
En el mismo espíritu de su autor, y como valor agregado, la publicación muestra cómo son algunos animales de nuestro país que casi todos (y no solo los niños) desconocen: el coatí, la comadreja, el mano pelada, incluso el chingolo. Por eso se pensó en hacer un diccionario de animales, UN BICHONARIO, que informa sobre los animales nombrados, sobre sus costumbres y su hábitat, y advierte de los peligros que los amenazan o explica su lamentable extinción.
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Quisimos recuperar un paisaje próximo pero ausente en el universo simbólico cotidiano de los niños y hacerlo junto a algunos gestos de idiosincrática libertad de una tradición que ha sido amaestrada por la escuela y los medios de comunicación. No hay nada ñoño en este cuento donde los bichos cometen excesos y se pelean…
Francisco Espínola ha sido un autor dibujado por los mejores artistas uruguayos: Guillermo Fernández (Saltoncito, Carlitos en Jerusalén, retratos del autor), por Pastor (dibujo de Don Juan, el zorro) o Fermín Hontou (Ombú) que hizo en versión de historieta el cuento “Rodríguez”. Los dibujos de la joven ilustradora Silvina Franzani, merecen esa tradición.
Cal y Canto continúa con El baile de los bichos una tarea de recuperación de escritos de Francisco Espínola inéditos o dispersos.
Francisco Espínola. Nació en San José de mayo de 1901 en el seno de una familia criolla y creció en contacto con la naturaleza y cerca de gauchos a los que escuchó contar historias de las últimas revoluciones que hubo en el Uruguay. Llegó a pelear él mismo en el levantamiento contra la dictadura de Terra en 1935 y sostuvo toda su vida una posición libertaria y solidaria con los más desposeídos. Escritor destacado entre los narradores criollistas de la generación del centenario, se dio a conocer a los 25 años con los cuentos de Raza ciega. Es autor de un clásico de la literatura infantil: Saltoncito. Asentó su fama con la novela Sombras sobre la tierra (1933) y dejó inédito al morir una obra originalísima Las aventuras del Don Juan, el zorro, protagonizada por animales, que se publicó póstumamente. Fue un cuentista magistral como revelan piezas como “Los cinco”, “¡Qué lástima!” o “Rodríguez” reunidos en sus Cuentos completos.