"Todas las tardes"



Doña Olvido tenía un problema, se olvidaba de las cosas…
Pero eso no le preocupaba, ya que enseguida se olvidaba de que las olvidaba.
Y se olvidaba del enojo de todas las tardes, cuando veía por la ventana a un desconocido caballero cruzar la cerca de su casa y cortar flores de su jardín. Doña Olvido salía furiosa, pero en cuanto él se acercaba para ofrecérselas ella ya había olvidado el atrevimiento y tan pronto se olvidaba, que olvidaba preguntarle quién era él para cortar flores de su jardín, y al instante ya no recordaba que eran sus flores, ni que primero lo había confundido con el jardinero y ni siquiera recordaba que había sentido un rubor adolescente de sólo pensar que podía ser un admirador desconocido…y Don Prudencio en cambio, se acordaba todas las tardes de cortar flores del jardín antes de entrar a casa, sólo para recordar a la niña enamorada que alguna vez había sido y para recordarle antes de entrar, que él era su marido.